Por Juliana Ortiz
La primera herida es una herida muy grande, por cierto, es sobre mi cuerpo...más que nada mi peso. A lo largo de mi vida SIEMPRE criticaron mi peso, que porque era muy flaca, que se me estaban por romper las piernas, que mis brazos eran huesos huesos y más huesos.
Muchos se llegaban a sorprender y a veces asustarse por lo flaca que era a mi corta edad, algunos hasta pensaban que mi mamá me mataba de hambre. Me decían: "Sos un palito, no pesas nada, ¿Te dan de comer? ¿Todo bien en casa?". Sí...ya sé lo que están pensando, son preguntas muy estúpidas, pero lamentablemente al día de hoy me siguen haciendo esos comentarios sin cerebro, y bueno ¿Qué podemos esperar de las personas idiotas? Eso no es lo peor, lo peor era que el año pasado yo baje mucho de peso, pesaba 39kg y mido 1.59, o sea que tenía que pesar eso, o un número cerca ¿Por qué bajé de peso?
Exacto, por estos comentarios de mierda.
Una vez me dijieron: "La verdad no sé cómo no te gusta tu cuerpo, tenés el cuerpo que toda chica gorda sueña tener, eso de las inseguridades sobre tu cuerpo seguro son mentiras para llamar la atención" ¡Jaja! ¡Si supieran cuanta mierda me hicieron hasta ellos mismos se odiarían!
Y a consecuencia de esas estupideces ahora ni siquiera me puedo poner un puto vestido o un simple short, porque siento rechazo hacia mí misma, hacia mis brazos, mis piernas, mi peso y la gran mayoría de mi cuerpo. Me duele verme al espejo y que se me venga toda esa mierda de comentarios a la cabeza y escuchar las voces que cada vez se hacen más y más fuertes. Estoy trabajando duro para tener amor propio y que me importe un carajo lo que me digan esos idiotas.
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