Había una vez una chica que vivía con su esposo, ellos eran muy felices, siempre estaban juntos, paseaban y comían helado. Les gustaba ir a un campo lleno de flores y mariposas, se acostaban en el pasto para mirar las hermosas mariposas azules. Un día, se hizo tarde y se fueron caminando. Mientras caminaban empezaron a hablar de lo lindo que sería armar una familia, pero después de hablar interrumpió una llamada. Él contestó y le dieron la noticia que iba a ir a la guerra. Después de terminar llamada, miró a su esposa con una expresión triste y le contó que se iba a ir a la guerra. Ella se puso triste, pero su esposo le dijo que todo saldría bien que ella no se preocupe. A la mañana siguiente él se despidió de ella y se fue. Después de varios meses, tocaron la puerta y ella con emoción abrió la puerta y se dio cuenta que no era su esposo. Era su compañero avisándole que su esposo había fallecido y le dejó una carta, se la entregó y se fue. Ella con lágrimas en los ojos leyó la carta. Decía que la amaba mucho y cuando vea una mariposa azul siempre se acuerde de él.
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