Dos niños llamados Santiago y Thiago eran dos primos que se llevaban muy bien y siempre estaban unidos. Un día, haciendo su travesuras, encontraron en un pozo un líquido de color verde. Siendo tan curiosos los dos, Thiago se acercó al pozo y en un descuido se cayó. Cuando Santi intentó agarrarlo, por desgracia también se cayó. Estuvieron en ese líquido por muy poco tiempo hasta que los rescataron.
Thiago y Santi tuvieron que ir al médico por el líquido que por accidente habían tomado. A los pocos días se recuperaron y empezaban a notar cambios en ellos; tenían más fuerza, más agilidad y saltaban muy alto, como si el líquido verde les hubiera dado superpoderes. Con el tiempo empezaron a probar usar más sus poderes y se dieron cuenta que tenían otros. Thiago se dio cuenta que podía escalar un poco más las paredes y Santi poco a poco con los saltos que hacía fue viendo que aguantaba un poco más en el aire, como si fuera a volar. Y sí, con el tiempo empezó a volar.
Después, empezaron a usar sus poderes para ayudar a la gente y también para divertirse en sus tiempos libres, cuando no tenían que estudiar. El tiempo pasó, ellos crecieron y cada uno fue muy feliz y siguió ayudando a la gente.
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