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martes, 16 de abril de 2024

La noche del zorro

Por Candela Gari

Un día, a la salida de la escuela, estaban los auxiliares cerrando el lugar y dejaron una ventana abierta y no se dieron cuenta. Y entró el zorro Beto y fue directamente a la biblioteca a sacar libros. Luego el director llegó porque se olvidó su celular y entró a la biblioteca y el zorro estaba en la ventana y lo vio. Y lo vio a él y rápidamente saltó y lo atacó y luego lo comió. Desde esa noche dicen que a las 3 a.m viene el zorro y come a cualquiera que esté allí.


viernes, 12 de abril de 2024

Barrilete

Por Lucas Rapaccioli

Había una vez un niño al que le gustaban mucho los barriletes, tanto que los coleccionaba. Hasta que un día sopló el viento muy fuerte. Como todo coleccionista de barrilete, el niño dijo: ¿Por qué no subir a la terraza a montarlo? Agarró el barrilete y se fue a la terraza e iba todo bien, hasta que decidió apoyarse en la reja de la terraza y se cayó del piso 10 del edificio con el barrilete y nadie lo había visto. Y de la nada se empezó a elevar y, por supuesto, su barrilete lo salvó, pero también se lo llevó hacia la montaña. En esa montaña habitaba un malvado hechicero, por lo cual el hechicero lo capturó a él junto a su barrilete. El hechicero quería matar al niño para hacer su poción porque claramente la sangre del niño estaba muy limpia y cuando el malvado hechicero estaba por matar al niño llegaron los padres ¿Y cómo llegaron los padres? Llegaron a través de un rastreador que tenía el barrilete. Y colorín colorado este cuento se ha terminado.


Imagen por María Lucrecia Serrat


Romina

Por Samuel Gómez

Había una vez una mujer que siempre compraba mucha carne y esa chica se llamaba Romina. Ella tenía un animal, pero no sabía qué tipo de animal era. Un día el carnicero le preguntó por qué compraba mucha carne y Romina le dijo:
-Porque tengo un animal muy grande.
Y el carnicero le dijo:
-¿Y qué tipo de animal es?
-No sé todavía, porque me lo regalaron y no me dijeron.
-¡Ah! Tenés que mandarme foto y yo te digo lo que es.
-Tengo una foto del animal- dijo Romina y le mostró.
El carnicero le dijo:
-Es un puma.
Romina quedó asustada y fue a la casa. Le dio la carne y al día siguiente no tenía plata para comprar las carnes, apenas tenía para ella y el puma la miraba fijamente. Romina se asustó y lo llamaba y él fue y la comió y los vecinos no escucharon cómo gritaba y pidió ayuda y un vecino llamó a la policía, pero ya era tarde. Cuando fue el oficial, el puma estaba masticando a la mujer y después saltó a él y lo mató.


Imagen: L. Roche


jueves, 11 de abril de 2024

Cabeza de zapallo

Por Candela Gari

Me acuerdo cuando estaba en educación física y me caí arriba de mi amiga y le aplasté la cabeza. De la nada se convirtió en un zapallo y nos pusimos a jugar con su cabeza como pelota y ella andaba sin cabeza.

Vóley con mi cabeza

Por Luciana Chiappa

Me acuerdo cuando estaba en el colegio, me caí y mi amiga se cayó arriba mío, me pisó la cabeza y mi cabeza explotó. Después se pusieron a jugar al vóley con mi cabeza y me pusieron otra.

lunes, 8 de abril de 2024

Una caída voladora

Por Juana Rossi

Cuando me caí después de colgarme de la soga, me quedé en el piso y de la nada empecé a volar. Llegué a la Luna, conocí a dos aliens cuyos nombres eran Pato y Potato. Me dijo Pato que hacía mucho frío para que esté en remera, así que me prestó una campera. Después acompañé a Potato al supermercado y compramos batata y papa, pedimos 5 kilos de cada verdura. Después me prestaron su nave espacial para que no tuviera que volar mucho y Pato me dijo que la nave tenía calefacción y que no pasaría frío. Potato me dio unas zapatillas de color verde y tenía la cara de alien, pero antes de irme a la Tierra me dijo Pato que esperara, me tenía que mostrar algo. Me dijo que cerraba los ojos y cuando los abrí me mostraron a su hija alien, se llamaba Potata. Ella me sonrió, fue directo a abrazarme, se despidió de mí y llegué a mi casa en la nave. Mis papás me miraron y me abrazaron tan fuerte que casi me quedo sin aire. Todos los años iba a verlos y Potata cada vez crecía más ¡hasta me dijeron que me invitaban a los 15 de Potata!


El robo de la rata-genio

Por Blanca Vidal

Después de años de búsqueda, al fin la encontró. La leyenda decía que a quien la atrapara se le concederían tres deseos.
Se acercó sigilosamente y saltó, atrapando al roedor. El felino se dirigió a su escondite en la casa de sus humanos. Trató de no apretar mucho a la rata ya que si moría sus poderes se transmitirían alguna recién nacida y tendría que iniciar su búsqueda de cero. Por eso mismo fue que, cuando la bebé que vivía allí tuvo la maravillosa idea de cenar rata a la parrilla, le resultó muy fácil sacársela de la boca y huir (tan rápido como puede hacerlo a alguien que aprendió a caminar hace pocos meses).
-Miau miau ¡miau!... ¿miau?- le insistió el gatito- Miau miau ¡miau!- siguió insistiendo.
La pequeña lo interpretó como un juego y empezó a correr de él riendo y corriendo, llegó hasta su abuela y decidió regalarle su nuevo juguete. Sin embargo, en lugar de alegrarse, ella empezó a gritar.
-¿DE DÓNDE SACASTE ESO? ¡ADA!
Después de un ratito le logró sacar el animalito de la mano y lo tiró a la basura. El roedor ya había muerto, por lo tanto ya no tenía poderes.
-Miau miau miau miau miau…- dijo el pequeño cazador al encontrarlo buscando en la basura. Al parecer se va a vengar en cuanto encuentra la sucesora de la rata-genio.

Lo que nunca pasó

Por Julieta Olivar

Cuando tenía cinco o seis años filmaba y sacaba fotos con el celular de mi papá. Un día fui hasta una habitación que no se usaba hace mucho tiempo, se escuchaban ruidos extraños. Abrí la puerta y grabé todo lo que veía, las cosas se empezaban a mover, las luces se prendieron y se apagaron solas. En ese momento se escuchó una voz que no se entendió bien lo que decía, pero se dejaron de mover las cosas y se iluminó una puerta secreta que me llevaba a un lugar desconocido. Fui a abrir la puerta y con el celular grabé y saqué fotos a las plantas y animales que vivían ahí. Podía escuchar todo lo que decían. Cuando volví a cruzar esa puerta, corrí a mostrar las fotos y videos que había sacado, pero ya no estaban.

El pato volador

Por Antonela Olmos

Hoy fui volando hasta la escuela y me atropelló un pato volador. Me llevaron al médico en unicornio y me pusieron un yeso de colores y me fui otra vez, pero esta vez me fui a mi casa a dormir.

Cuentos siniestros

 Compartimos la antología de 3°B para que la puedan leer por PDF!! Cuentos siniestros